18 Ene YOGA: Asanas y psicología corporal
Asana es una palabra que proviene del sánscrito y significa postura corporal. Se conocen como asanas las posturas que se practican en el hatha yoga con el fin de lograr el desarrollo personal.
En la práctica de las asanas es fundamental que nuestro foco de atención se sitúe en nuestra experiencia interna, que traslademos la atención a lo que estamos sintiendo mientras practicamos la postura, apartándola de la dinámica automática de estar pensando y haciendo constantemente.
Cuando trasladamos nuestra atención hacia las sensaciones corporales lo que sucede en primer lugar es que ello nos trae al momento presente. Las sensaciones corporales solo existen aquí y ahora.
A través de este estado de presencia, las sensaciones físicas vividas harán resonar en nosotros emociones, pensamientos y estados agradables o no, que nos ayudarán a conocernos. El cuerpo habla y también enseña, quien se siente ligero emocionalmente se siente ligero corporalmente; un depresivo tiende a tener el cuerpo tenso y cargado, una persona enamorada emana energía y alegría. Es todo esto lo que nos iremos encontrando en la práctica de nuestras posturas de yoga, el cuerpo nos devuelve tan fielmente como un espejo nuestro estado interno.
El cuerpo nos devuelve tan fielmente como un espejo, nuestro estado interno.
Y así aprendemos a estar presentes, reconocer, vivenciar, soltar, aflojar y autoregularnos. Además, las posturas de yoga nos ayudan a desarrollar determinadas actitudes psíquicas, el hecho de adoptar una determinada posición nos despierta actitudes que tal vez sean nuevas o poco habituales para nosotros, así algunas posiciones como la postura del guerrero nos invitan a tomar nuestra fuerza y ocupar un lugar, otras como las posturas de equilibrio nos despiertan a la atención y la ecuanimidad.
Como ejemplo, a través de la práctica podemos desarrollar estas dos actitudes básicas, que nos ayudarán en muchos momentos de la vida: apertura de corazón y ecuanimidad.
Apertura de corazón: Vivenciar la confianza.
Las posiciones de yoga de flexión posterior de la columna, abren la zona del corazón. Al abrir esta zona, podemos acercarnos a la vivencia de sentir, compartir y entregarnos, y también al mismo tiempo nos puede conectar con la sensación de miedo y vulnerabilidad.
Sólo si podemos sostener la postura, dando espacio a todas las sensaciones que aparezcan, sin juzgarlas, ni evitarlas, podremos dejar espacio para que la confianza crezca.
Equilibrio: atención y ecuanimidad
Las posturas de equilibrio -que precisan de una gran atención para poder mantenerlas-, nos ayudan a desarrollar una mente calmada y concentrada. De todas las posturas de equilibrio, las más usuales son sobre las piernas, lo que permite tomar contacto con las raíces, y respirar la actitud de crecer desde unas sólidas raíces.
Por Mercè Perarnau.
Profesora de yoga y Terapeuta Gestalt.
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